martes, 30 de junio de 2020

Allende

HISTORIAS VERDADERAS
por Profra. María Elena de León Sotelo

 

Es para mí un honor participar con ustedes y para el público dar a conocer hechos reales que sucedieron aquí en Allende Coahuila. Algunas cosas las sé por mi abuelo Alberto de León Lozano y mi padre Leopoldo de León Galindo, como el caso de Arnulfo González Muñoz, quien fue amigo desde la infancia de Pedro Galindo Ramírez, hijo de Alejo Galindo Jiménez y Gregorita Ramírez, era hermano de mi abuela María Luisa y mi tía consuelo Galindo Ramírez, eran amigos inseparables hasta que le dieron muerte a mi tío Pedrito a la edad de 15 años un 12 de agosto de 1916, lo asesinó un joven de más edad que Pedrito llamaba Silvestre Lozano al cual le decían el Chacal”, según él lo asesinó porque un día pasó por la acequia en el camino y se encontraba un grupo de niños bañándose y ahí se encontraba Pedrito, que así le decían de cariño, con su amigo Arnulfo González, pero Arnulfo se retiró antes de lo sucedido, él le decía -vámonos Pedrito, yo ya me voy-,  Pedrito le dice -vete tú, yo me quedo y te alcanzo al rato-, a lo que él se fue y ya no se dio cuenta de lo que sucedió; y al pasar Silvestre por donde estaba el grupo bañándose, un niño le grita ahí viene el Chacal!-, y todos salen corriendo del agua menos Pedrito quien siguió bañándose, se acerca Silvestre y le dice -vas a ver, me las vas a pagar- y Pedrito le contestó -yo no fui, fue alguien que estaba en el grupo, pero yo no vi quién- y Silvestre le contestó -pues tú me las vas a pagar-.

Pasan unos días y Silvestre va y busca a Pedrito quien se encontraba en el pequeño negocio que tenía su papá donde vendían pan, estaba un compañero con él cuando llega el asesino Silvestre dándole una puñalada por la espalda a la altura del omóplato que le atravesó una arteria principal, cayendo Pedrito en una laguna de sangre. Corre el compañerito, el niño Andrés Herrada, a donde estaba mi bisabuelo Alejo que estaba en su trabajo en la siguiente esquina, que era la Casa Dos Mundos, ya que provisionalmente estaba ahí la Presidencia Municipal y se encontraba en su oficina y le dice don Alejo, don Alejo, un muchacho acaba de cortar a Pedrito y está en una laguna de sangre, vaya pronto!- a lo que mi bisabuelo sale corriendo y llega al lugar del negocio que está ubicado por la calle Juárez, donde se encuentra actualmente Distribuidora Aguillón, ya para esto le había dicho al niño que fuera en busca del doctor Francisco Lozano, doctor de ese entonces y cuando llega el doctor le dice a mi bisabuelo Alejo que no hay nada que hacer.

Empieza a llegar más gente y llegan también las autoridades y le dicen que ya habían detenido al asesino, preguntándole que pedía de castigo para el asesino, mi abuelo les dice que él no pide nada en su contra, porque no quiere ver sufrir a la mamá de él, tal y como están sufriendo ellos, el asesino era hijo único y sostenía a su madre, y si lo encerraban ¿qué iba a ser de la pobre señora?, dijo que las autoridades se encargarán del caso pero que él perdonaba todo, le dijo a mi abuela y a mi tía que siempre fueran y actuarán con humildad, con amor, que no guardaran rencor ni odio porque eso no le agrada a Dios nuestro Señor.

En el funeral acompañó hasta la tumba a Pedrito, su gran amigo y compañero Arnulfo González Muñoz, el que nunca dejó de visitar a la familia. Cuando mi abuela se casa y tiene a su hija Amparo Berta de León Galindo, Arnulfo la bautiza, pasando a ser padrino de mi tía Amparo, también iba a bautizar a mi papá Leopoldo, quién nació el 4 de enero de 1925, pero en ese año matan a Arnulfo por lo que ya no es posible bautizarlo.

Arnulfo González fue muerto el 30 de julio de 1925; mi abuela María Luisa Galindo Ramírez también nació en el mismo año que Arnulfo González, un 26 de febrero y Arnulfo un 25 de mayo de 1903. ¡Qué cosas!, mi abuelo Alberto de León Lozano está enterrado cerca de la tumba de Arnulfo González, están cerca los compadres.

Hay una cosa que nadie conoce, Arnulfo González no mató al rural, Arnulfo le dio tres tiros al teniente en la tetilla de lado izquierdo con una pistola escuadra calibre 25, el teniente le da Arnulfo en la vejiga con la pistola 45 reglamentaria que usaba, cuando Arnulfo le da los tres tiros el teniente se cae sentado en la banqueta queriéndose levantar, sale de una cantina que estaba cerca de los hechos un señor llamado lix Treviño y por la espalda le dio al teniente matándolo con una pistola 38.

Yo conocí a la maestra Raquel González Muñoz y a otra de sus hermanas de Arnulfo, Raquel era maestra de primer grado en la escuela primaria Benito Juárez, aún existe la escuela y fue maestra de mi hermano Polo muy linda gente muy estricta, quería mucho a mi hermano, era de las buenas maestras y muy querida por toda la gente. En la actualidad vive aquí, en Allende Coahuila, la familia de don Sergio González, quien tenía una gasolinera frente a la secundaria Marcos Benavides, aún vive Juanita González hermana de don Sergio, ellos son familiares de Arnulfo González.

También cabe mencionar que aquí en Allende había molinos de nixtamal, uno por la calle Hidalgo que era de don José Nieto, por la calle Mina y 5 de Mayo había otro de don Vicente Arteaga, otro de don Jesús Martínez por la calle Matamoros y Manuel Acuña y otro de don Jesús también estaba por la calle Galeana al oriente cerca de la fábrica textil, toda esa manzana de casas eran de renta las rentaba don Jesús, allí estaba el molino en una de esas casas y lo atendía un señor que se llamaba Fito Hernández y su esposa Elida González; a todos estos molinos me tocó ir a moler el nixtamal pero a dónde más fui fue al de don José Nieto, era el más cercano de la casa de donde yo vivía, estaba yo en segundo año de la escuela Benito Juárez, a veces me llevaba mi mamá y otras veces mis hermanos, pero yo era la que sacaba la masa, me gustaba ir porque siempre que iba al molino, pasaba por la Refaccionaria y Taller Lozano, ahí estaba siempre sentado el dueño, don Ernesto Lozano, quién era pariente de mi abuelo, a mi papá le decía tío y nosotros también; siempre que pasaba me decía; -mija qué madrugadora ya va al molino tan temprano- y yo le contestaba, -sí tío, para que mamá nos hagan las tortillas calientitas para almorzar e irnos a la escuela-, él me daba una moneda de 20 centavos o de 50 centavos, que era un tostón, para que lo gastará en la escuela. Son muy bonitos recuerdos del tío, actualmente existe la Refaccionaria Lozano y la atiende el nieto del tío, don Ernesto Lozano, a quien cariñosamente le llamamos Netito.

En ese tiempo de mi niñez era muy bonito todo, había mucho respeto, me acuerdo de que me mandaban a la tienda de don Prisciliano Lozano a comprar el mandado, él era el que vendía y para las cinco de la mañana ya estaba abierta la tienda, era un señor alto y bigotón, cómo la gente de antes muy, muy atento, muy amable con toda la gente y conocido de la familia de mis abuelos y bisabuelos; ahora la tienda la tiene su hijo don Manuel Lozano y su esposa Conchita.

Había una tienda de abarrotes del Chino Manuel, otra tienda de don Celedonio González; había carnicerías por la calle Juárez a las cuales se les decía marquetas allá en los años sesenta, una era de don Francisco Galván, otra de don Felipe Ruiz, otra de don Julián Lozano y otra de don Pablo Zaldívar. También había la tienda de ropa de doña Carlota Contreras, quedando como propietario posteriormente Toñito Rocha quien también vendió muebles; otra tienda de ropa de don David Martínez; asimismo, la tienda el almacén de don Lalo Zaldívar, otro almacén de don Polo Peña, otro que estaba dónde se encuentra ahora el Bancomer; había dos relojerías, una llamada El Diamante, de don Luciano Cortés, a ese señor lo conocí porque era el padrino de mi hermano Polo.
 
Esta historia continuará, aún hay más de lo que había en ese tiempo y me tocó vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CONVOCATORIA

La Coordinación en la Región Norte de la Secretaría de Cultura del Estado de Coahuila de Zaragoza Convoca a los habitantes de...