ANÉCDOTAS DEL SANTO NIÑO JESÚS DE PEYOTES
por Jesús Omar Campos Hernández
Como en cada pueblo existen historias, mitos o leyendas. Ya sea de personajes o sucesos que marcaron la historia de cada poblado.
Al noreste de Coahuila se localiza el municipio de Villa Unión, un pequeño pueblo con una antigüedad de 322 años, su fundación data de 1698 por los padres fray Bartolomé Adame y fray Manuel Borrego quienes colonizarían estas tierras para evangelizar a los indios.
Según documentos históricos en los cuales se narra la visita del comandante general Teodoro de Croix y fray Agustín de Morfi (1777) describiendo la Misión de San Francisco de Vizarrón y la Misión del Dulce Nombre Jesús de Peyotes esta última fundada por fray Bartolomé Adame.
En esta Misión de Peyotes se venera una imagen del Niño Jesús traída de España por fray Bartolomé Adame, es una escultura del siglo XVII tallada en madera de caoba y una sola pieza, aparece de pie sobre un querubín, una peana con detalles dorados, la técnica pictórica de la estatuilla simula un poco al marfil, con su mano derecha levantada como señal de bendición.
El 23 de diciembre se celebra la fundación del Santo Niño Jesús de Peyotes, con danza de matachines, una gran verbena popular y el espectáculo más importante para el pueblo, la quema de pólvora.
Al paso de los años se formaron diferentes historias entorno al Santo Niño, la más conocida y de la cual se tiene registro documentado es el incendio que sufrió el altar donde se veneraba al Santo Niño Jesús de Peyotes durante la celebración de su fundación en el año de 1900.
El incendio consumió todo el retablo y techo, la gente del pueblo gritaba ¡El Niño! ¡El Niño! Las mujeres lloraban y los hombres maldecían.
Un joven del pueblo de nombre Ascencio Jaime, gritó ¨Si el niño es tan milagroso, permitirá que yo lo salve¨ este hombre entra al santuario echándose unas cubetas de agua y saca la escultura del Santo Niño y así evitó que el fuego consumiera la imagen, este hecho ocurrió el 25 de diciembre de 1900.
Pero más allá de los hechos históricos de su fundación, tradición cultural o religiosa poco se sabe de la imagen del Santo Niño Jesús de Peyotes. Es por eso que me di a la tarea de investigar y conocer más sobre la escultura del Santo Niño.
Durante tres siglos ha sido venerada en este pueblo por sus fieles feligreses, los cuales adornarían su ropaje con milagros de oro y plata en el año de 1777 aproximadamente.
La iglesia es un cañón oscuro y triste de piedra y lodo, bien techado y muy pobre. En el único altar que tiene se venera una imagen de Jesús niño que da nombre al establecimiento y trajo de España el padre Adame, de quien se cuentan varias maravillas y que, sin embargo, no tiene culto.
En esa época la imagen del Santo Niño Jesús de Peyote se encontraba sobre un nicho, con una vestimenta sencilla. (1781)
Está un niño Jesús de buena talla, como de una tercia de alto sobre su peana de madera labrada y medio dorada, y en su remate un querubín estofado, dicho niño Jesús está vestido de dos túnicas, una blanca en lo interior de cambray, ya usada, y la otra de damasco morado, guarnecida de punta de oro fino y cinto de dicha punta, un poco más ancha, a más de esto lo adornan una cruz pequeñita de plata, cuatro medios tomines engarzados, un relicario de plata, un cestillo pequeño de cristal, un sombrero de terciopelo negro, cuatro hilos de perlas falsas, unos lazos de metal esmaltados de bohemias blancas.
Durante décadas la imagen del Santo Niño Jesús de Peyotes comenzó a ser más visitada por los feligreses que venían a pagar los milagros cumplidos al santo, peregrinos de diferentes poblados de la región o paisanos que emigraban a los Estados Unidos.
Al paso del tiempo eran más las historias sobre la imagen del Santo Niño, algunas sobre milagros y otras sobre sucesos extraños que según Juan Martínez, ciudadano de este municipio, les sucedían a las monjas en la iglesia, contaban que ellas hacían la limpieza de toda la iglesia y en la parte de atrás donde está el nicho en ocasiones el piso se ensuciaba con marcas de un pie pequeño y las monjas pensaban que era el Santo Niño.
También una más reciente de un padre que vino a cubrir al padre Luis Mares cuando se accidentó, se llamaba el padre Rodolfo de los Santos, el me contó a mí que estaba acostado en una habitación que estaba por el antiguo bautisterio, dice que no se podía dormir que estaba muy inquieto y tenía la puerta del cuarto medio abierto y que de repente sintió que le jalaban la cobija y que dijo en voz alta, ¡eres tu niño travieso! y que en eso le salta en su panza… y pues él se impactó y se levantó de la cama y escuchó como corría por las escaleras y miro como se metía el niño al nicho.
Al día siguiente por la mañana se levantó y se fue derecho a las escaleras y estaban las huellas de un niño, historia muy similar a los sucesos que presenciaron las monjas, actualmente el padre Rodolfo se encuentra en la parroquia de San José Obrero, concluyó Juan Martínez narrando esta historia.
Sin duda es una imagen muy impactante en belleza e historia, el mito sobre la imagen empezó a crecer y se murmuraba entre el pueblo que se había cambiado la imagen del niño por otra, pues en diferentes fotografías antiguas el rostro del Santo Niño se ve diferente, hipotéticamente relacionó la historia que un día me narró la señora María de Jesús Reyes Castillo mejor conocida en el municipio como Chuyina.
Cuando ella era una niña asistía a la iglesia para ayudar a las mojas en diferentes labores del convento o del santuario, ella recuerda un hecho importante, afirma que la imagen del santo que se encuentra ahora no es la misma imagen que ella presenció en su infancia, pues recuerda que la imagen era un estatuilla pequeña y que ella misma le ponía unos pequeños huaraches, después las monjas lo vestían con su ropaje largo y lo introducían en un tipo cáliz para que sostuviera y después lo subían al nicho.
En la década de los ochenta aproximadamente existió una imagen muy similar a la del Santo Niño, pero de María Niña.
Actualmente la segunda versión del Santo Niño ya no se encuentra en el santuario, se desconoce su paradero, pero los hechos históricos y anécdotas de algunas personas aún existen.
La escultura del Santo Niño de Peyotes estuvo expuesta a cambios climáticos, polvo, humedad y su deterioro fue evidente con el tiempo, recordemos que la escultura es de madera y por lo tanto este tipo de piezas sufren daños.
Dos restauraciones han tenido la imagen, la segunda está documentada en fotografías, sin duda son imágenes históricas para el municipio de Villa Unión.
Tenemos un municipio con una riqueza histórica y que debe ser contada e investigada y para mí es muy importante contar todos estos datos sobre la escultura del Santo Niño Jesús de Peyotes, historias que deben conocer las nuevas generaciones de Villa Unión, Coahuila.
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