jueves, 17 de diciembre de 2020

Piedras Negras

DON MANUEL BERAIN DÁVALOS

Por Rigoberto Losoya Reyes

Originario de Piedras Negras, Coahuila. Nació el 23 de febrero de 1923, hijo de Manuel Berain y Dolores Dávalos. Durante su infancia, su familia se traslada a la población de Acuña, Coah., por motivos de que su padre trabajaba en la oficina de Migración. En este lugar cursa sus primeros estudios y siendo aún muy joven, comienza a trabajar en las oficinas del Puente Internacional en la ciudad de Del Río. Texas.

Años más tarde, regresa a su ciudad natal y ocupa un empleo como  Cajero en el el Viguera Banking Co., propiedad de don Panchito García. En 1950, decide regresa a Ciudad Acuña e incursiona en la actividad de los negocios, y abre su propio restaurant denominado: Casino Drive Inn”. Posteriormente, de igual forma abre al público una nevería llamada “Cristal”, y al mismo tiempo, opera la “Farmacia Nueva”. Su sensibilidad hacia la comunidad de ciudad Acuña, le permite  participar muy activamente como Socio del Club Rotario, donde ocupó todos los cargos, y se distinguió por haber integrado el mayor número de socios al mismo Club. Su espíritu deportivo, lo llevó a participar en equipos de beisbol y basquetbol jugando contra sus eternos rivales: la base aérea de Del Río, Texas. 

En 1962, recibe una invitación de don Fernando Lozano para que juntos se trasladen a Piedras Negras a trabajar en la Junta Federal de Mejoras Materiales ya que este puerto fronterizo se llevarían a cabo las obras de infraestructura del proyecto del Programa Nacional Fronterizo (Pronaf), entre los que se pueden citar, la construcción de la nueva Presidencia Municipal, la Puerta de México (Garita), la Planta Potabilizadora, el drenaje sanitario, la instalación de tubería de agua potable para abastecer a toda la población del vital liquido.  Otra de sus pasiones fue ejercitar la equitación en la que invariablemente paseaba todas las tardes en su caballo.

En 1964, llega a ocupar la Gerencia General del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Piedras Negras, puesto en el cual permaneció hasta el año de 1993. En Piedras Negras, también participa muy activamente en el Club Rotario donde registró una trayectoria muy satisfactoria, donde llegó  a ser presidente del mismo en el año de 1974. En 1967, acepta una invitación del Alcalde David Cárdenas Valdés, para integrar el Comité Organizador de la feria de la que se mantuvo activo hasta 1978 del que se retiró como presidente. 

En 1989,  después de que don Santiago Elías Castro, presentó su dimisión como Alcalde, fue considerado en una terna de personalidades, entre ellos,   Elías Sergio Treviño, Manuel Berain, Héctor Fernández Aguirre, Osvaldo Villarreal y Mariano López Mercado. La Comisión Permanente del Congreso aprobó por unanimidad la designación de Elías Sergio Treviño E., quien ya se había desempeñado como presidente municipal durante el trienio 1973-1975. Falleció a los 91 años, en la ciudad de Eagle Pass, Texas.

Piedras Negras

MI PIEDRAS NEGRAS, EL BARRIO DE "LA PARRITA"

Ramón Humberto Carrillo García

Amigos de la infancia en La Parrita: Roberto Vázquez, Juan Félix González, Jorge Vázquez, Rolaqndo González, 
Guadalupe Rodríguez, Jansin y Gustavo Pérez y Carlos Rodríguez.

Como decía mi papá: “doble contra sencillo, que no existe en Piedras Negras una persona que no haya conocido  La Parrita”.

Había en sus alrededores una cantina de don Lencho ubicada en Allende y Victoria, ahí vendían licor, mezcal de olla a 10 centavos la copa. Enfrente estaba el taller mecánico de mi abuelo don Manuel García,  al otro lado don Jesús Flores que era taxista, por la calle Victoria, a una cuadra de ahí, don Pancho Guerra, cuentan que don Pancho compraba el costal de mezquite a 20 centavos el saco, era para sus vacas. Enfrente estaba la tienda de doña Chelo Prieto, amable señora, pues cuando algún cliente no completaba le decía: “después me lo pagas”, en contra esquina vivían unos japoneses los Tajikas, que se instalaron en la frontera a raíz de la Segunda Guerra Mundial.

 Los hermaqnos Rodríguez de La Parrita: Alfredo "Kin", Héctor "Torringas" y Carlos "Chale".

Otro que vivía ahí era don Panchito Salas, y su riquísima barbacoa que la hacía en un pozo ademado de ladrillos, la cocían con leña de mezquite en recipientes de lámina de 20 litros, echaban las cabezas forradas de manta o ixtle y un poquito de agua en el fondo, cerca de ahí, en una casa de madera vivía el Toruco, y la Calía,  más adelante los Salas que eran vecinos de doña Lolita Quintero, enfrente de su casa el Camarón-Gustavo, veterano de guerra,  cerca de ahí, Mariano Peña, la tienda de Lalo Flores, quien de “pilón” te daba chile tomate o cebolla, ahi en “La Parrita”  estaba el molino del barrio de don Pedro de León, también por ahí vivían don Benito el carretonero, la Chabela, la Yaya, los Orejones Mazuca, el Torringas, el Kelo, la Mona, el Chente, el Lechero, aquel famoso peleonero el Chirilito, siempre con rencillas contra las pandillas del Mercado, de la Mundo Nuevo, con inolvidables guerras de huleras. 


Gran afición por el béisbol en La Parrita.

Eso y más es el barrio de La Parrita.

Ramón Carrillo, abril 2011.

martes, 18 de agosto de 2020

Guerrero

 

MIS RECUERDOS

por Enrique Cervera Rodríguez

Cronista Municipal Guerrero, Coahuila


El sábado 2 de abril de 1938 a las 9 horas nació quien esto escribe, cuando ya pude ver lo primero  que veo son las latas de taray que se sostenían en el techo de la vivienda donde nací,  los huilotes de doble carrizo amarrados de las latas con Pita. En el siglo XVIII se hicieron las viviendas con techo de terrado con canales de desagüe para que no se consumiera en el techo que era de cal arena y sus muros de piedra caliza. En el siglo XIX  los muros eran de adobe una especie de ladrillo que se secaba al sol y no en la lumbre,  se usaban con piñas que eran en forma de triángulo para poner el huacal qué consistía en latas o vigas que se sostenían con una viga que le llamaban la madre y los muros laterales,  luego iban los carrizos de dos en dos como a un pie de separado, una vez terminado el huacal se le ponía el zacate de jícara,  eso fue lo que vi cuando ya tuve los conocimientos.  Esta vivienda estaba construida en una loma que tendrá como unos 50 m de plano en la cima, el mar interior que existió hace miles de años nos dejó la parte superior que ahora llamamos lomas, el oleaje al subir la marea y  los fuertes nortes que sin duda existieron cubrieron de guijarros  la parte superior  lo cual fue lo que vi cuando ya puede salir de la vivienda,  nos divertíamos juntando piedras que llamábamos de colores pues hay de todos tamaños sin pasar de guijarros siendo fácil hacer un corral pues solamente retirábamos los guijarros y dejábamos al descubierto la tierra quedando un cuadro limpio rodeado de piedras alrededor las rojizas eran cabras coloradas, aunque hay piedras cristalinas,  buscábamos unas piedras opacas para simular que  eran las cabras blancas, unas azulosas con blanco eran las cabras pintas, estamos hablando de piedras de 1 o 2 cm, las de 4 o 5 cm las utilizábamos como vacas escogiendo las amarillentas como vacas de raza jersey  y las negras las de mica de ese color.

Al poniente de la casa,  al pie de la loma había un hormiguero de hormigas cabezonas como se conocen en este lugar cuyo nombre es quitasol,  como la loma está llena de barro y sal  las hormigas sacaban el puro barro, este se utilizaba para otro entretenimiento el cual era hacer caballitos de barro para haber quien los hacía más bonitos en lo que se refiere a los niños también se les hacía la montura con el vaquero, pero no a todos, se usaba la cochinia del nopal  para pintarles una parte a los caballos y así ya eran pintos. En lo que respecta a las niñas ellas hacían cerritos que eran unos conos y los adornaban con piedras de colores, también las protuberancias de la flor del nopal, que en la parte superior tienen una especie de pegamento y se los colgaban en las orejas como si fueran aretes. Otra diversión era el lago El Bañadero con 1200 m de largo el cual tiene un lugar que se le conoce como el baño, ahí era donde nos bañábamos, jugábamos a la roña y a los encantados, el baño tiene unos 30 m de largo y unos 20 de ancho pero era necesario revolver el agua para que al caminar por debajo no te viera el que traía la roña.

En El Bañadero  había tortugas blancas que eran las más grandes siendo las únicas que servían de alimento al ser humano, había una pinta de amarillo con cuadros negros que cuando alguien la agarraba saltaba un líquido de un olor muy feo, otra que tenia los cuadros amarillos y negros por la parte inferior,  por encima el casco era blanco y daba la impresión que era un encarte de las 2 variedades. También había peces  de los cuales abundaban las cópalas que nosotros llamábamos copetonas por el adorno que tienen en la parte superior siendo que son espinas. Las más grandes eran unas con la mitad blanco y unas amarillas, mientras los más grandes se dedicaban a pescar  los más chicos  ponían la lumbre con el fin de comer peces juntos. Al lado sur del baño esta la saca de agua de la Misión de San Francisco Solano construida en 1701,  al oriente del baño la profundidad del agua era de 1 m y  200 m de largo conociéndolo como la cola del bañadero,  en esa parte estaban los robalos y tortugas ya que había mucha hierba acuática la cual les servía de alimento,  en las orillas había unos pequeños pececillos que les llamábamos panzones  sirviéndoles  de alimento a los rabalos. Al poniente como  200 metros que también no estaba muy profundo había tortugas que salían a tomar el sol no mas sentían que se acercaba una persona, corrían a meterse al agua que era su refugio y enseguida comenzaba lo que se llamaba el lago y si íbamos a ese lugar era para nadar pues solo los niños más grandes podían alcanzar el piso y pocos eran los que sacaban lodo para probar que llegaron al fondo.

El piélago tenía como 30 m de ancho y se va haciendo menos profundo y más angosto hasta el final de ahí del piélago sale la saca de agua de la misión de San Juan Bautista construida en 1701 y estuvo en servicio para regar las labores del valle que hoy es Guerrero hasta 1916 llegando hasta la Saltarina y en 1918 llegó de la Saltarina a la saca de agua del canal de la Misión de San Juan Bautista hasta que la compañía Border Melón la corto con las perforaciones de La Candelaria. Otra diversión de la niñez de Guerrero era la de los aros de fierro y un alambre del que se usaba en el telégrafo con lo que se hacía un gancho para rodar el aro que hacia un chillido muy parecido al que se escuchaba cuando estaban pasando un telegrama pero mucho más fuerte, se jugaban carreras empujando el aro también se jugaban topes que desde luego lo ganaba siempre el aro más pesado. Otros días de diversión era estar en el columpio que por lo general eran de mecate en la rama de un árbol. Se hacían carreras de caballos y pelea de gallos por los mayores sin que nadie les dijera nada.

Se jugaba a los dados y a la baraja en una esquina de la calle Real. Según las crónicas los soldados del presidio tenían esa costumbre que en 1964 el ayuntamiento multaba a todos aquellos  que jugaran dados o baraja así que desapareció pues un señor tenía 506 burras en su terreno cercado con alambres de púa o de pico como se conoce también nomas que se salían,  en vez de ir nosotros a buscarlas ellas iban donde nosotros estábamos nunca usábamos mecates ni cordeles de ningún tipo solo una vara para pegarle en el pescuezo para que voltearan para donde nosotros queríamos, si queríamos que corrieran nada más les pegábamos con la vara en las ancas.

Jugábamos a los juegos que podíamos o que se jugaban en todas partes como el trompo que  lo bailábamos de diferentes formas, a los cancos que era tirarle con el trompo a otro que le tocara servir de blanco para los demás, había que pegarle con el trompo y que este bailara sino seguía de blanco,  la casulejas que consistía en bailarlo y que callera en tu mano bailando. Era una diversión el caballo de palo que consistía en un pedazo de carrizo o alguno de otra cosa el cual uno se subía y corría haciéndose la ilusión de que iba a caballo.  Muy popular el gancho y el aro de metal que consistía en empujar el aro con el gancho y eso era correr para que el aro no se cayera  también se utilizaba para jugar a los choques que consistía en encontrar aro con aro perdiendo el que se cayera.

Estos eran los juegos de la décadas de 1930 hasta 1950, pues era muy diferente en los años de 1910 a 1929 ya que el país sufrió la guerra de la Revolución por lo que la nación estaba muy deteriorada económicamente aunque aquí en Coahuila comenzó en enero de 1850, en la década de 1920 no había cuadernos ni lápices pues usaban un pizarrón  y un gis como lápiz de modo que lo que se escribía había que borrarlo para escribir lo que seguía.

La fundación de Piedras Negras trajo a Guerrero una época muy distinta  a los habitantes porque en Piedras Negras no había leña que era indispensable para los quehaceres de las cocinas pues era el único medio de tener el fogón encendido, no tan solo la cabecera municipal  se ayudó con esto también los comunidades rurales como San Vicente, San José y Los Rodríguez. En 1960 comenzó el consumo de gas butano y la leña pasó a la historia, la cabecera municipal llegó a tener más de 100 leñeros.

miércoles, 5 de agosto de 2020

Morelos

PEQUEÑOS RELATOS DE MI PUEBLO…

por Ramiro Pérez Zulaica

EL PARIÁN

Contaban nuestros abuelos, que a principios del siglo XX, en los terrenos donde se encuentra hoy la escuela primaria “José María Flores Rosas”, existía un mercado al cuál la gente le llamaba “El Parián”, donde la población ofrecía lo que producía. Cada cierto día de cada mes, llegaban a caballo al mercado, algunos indios que habitaban nuestra región, donde ofrecían a trueque productos que ellos elaboraban, como: canastos y petates hechos a base de tule (planta común en los nacimientos de agua de la región), así como carne seca de venado. La palabra compadre la utilizaban para dirigirse a las personas con las que realizaban el cambio de mercancía. Llamaba la atención de la gente, que llegaban y se retiraban formando una fila. Habitaban a orillas de manantiales (llamados comúnmente “Ojos de Agua”) de este municipio, donde la gente regularmente se encontraba puntas de fechas (pedernales). Relato proporcionado por el profesor Salvador Garza Galindo.

EL CINE TERRAZA TROPICAL

Su ubicación está por la calle Guerrero, entre Juárez y Morelos. Sus dueños eran la familia Zertuche, era un cine al aire libre, donde había funciones cuatro veces a la semana. Los martes era función de adultos y pasaban dos películas, los jueves, sábados y  domingos eran funciones familiares; los sábados pasaban tres películas y los domingos se realizaban dos funciones de dos películas cada una, la primera función era a las dos de la tarde y la otra en la noche. La terraza Tropical se encontraba comunicada por medio de una puerta a una bodega, donde se realizaban las funciones de los domingos en la tarde. En sus inicios existían promociones como el juntar cuatro bolsas de café “Colón” o café “Estrella 57”, las cuales equivalían a un boleto de entrada, y eran cambiadas en la taquilla; en épocas de cosecha de melón, se regalaba uno a las personas que acudían a la función, las promociones se realizaban una vez por semana. Por muchos años la taquilla estuvo a cargo de doña Julieta Nicolás y don Polo Requena era el encargado de la dulcería, donde se compraban las palomitas envueltas en alcatraz de periódico, refrescos en el popular vaso encerado color rojo de Coca Cola o de Fanta de diversos sabores, así como chicles, chocolates cacahuates, etc.

LA TIENDA DE DON NACHO

Su dueño era don Ignacio Rodríguez, la tienda se ubicaba frente a la plaza principal, en la esquina de las calles Morelos y Rayón; ahí se podían encontrar desde: frutas, verduras, abarrotes, ropa, calzado, artículos de campo, etc. La tienda contaba con un enorme mostrador al centro y pisos de madera, además de una enorme bodega, donde se almacenaba el trigo y el maíz que se compraba a los agricultores de la región. don Nacho ayudaba financiando la siembra del producto y al momento de entregar la cosecha se realizaban las cuentas, era una manera de trabajar, ya que no existían bancos en la región.

LAS TIENDAS DE MOSTRADOR

Para hacer la nota del mandado, como decimos, se recurría a las tiendas de mostrador (barra de madera la cual separaba al cliente del producto a comprar), se llevaba todo lo que se quería comprar escrito en un papel y se lo entregabas al dueño de la tienda y él  te empezaba a surtir la nota, lo que tenía lo ponía en el mostrador e iba anotando en un papel el precio del producto, al final sumaba a mano, aun no existían las calculadoras.

Algunas de estas tiendas fueron: la de don Chuy Delgado (esquina Juárez y Zaragoza); la de don Luis Pérez (esquina Carranza y Zaragoza); la de Julieta (calle J. O. de Domínguez, entre Morelos y Carranza); la de don Amado Tron (esquina J. O. de Domínguez y Morelos); la de don Amador de Hoyos (esquina Guerrero y Carranza); la de don Lucas Calderón (a un costado del banco Santander); con esos nombres se les conocía, y ahí encontrábamos:  abarrotes, frutas, verduras, pan de dulce, refrescos, dulces, trompos, canicas y desde luego los cuetes en épocas de navidad.

MOLINERA MORELOS “EL CARACOL”

Construida a principios del siglo XX por emprendedores franceses, fue administrada en sus inicios por don Louis Alfred Nicolás Chatagnier y posteriormente a mediados de siglo fue adquirida por don Juan Morales. Su funcionamiento era a base de energía hidráulica, alimentándose del agua de la acequia de nava, la cual movía una turbina y ésta a los molinos. El trigo que se procesaba, era cosechado en esta región (Cinco Manantiales). Se elaboraba la harina “El Caracol” y tenían venta al público en sacos de 5 kgs.; 30 kgs. y de 50 kgs. Contaba son un silbato que indicaba las horas de entrada y de salida de los trabajadores; a las 6:00 am. era la primera llamada; a las 7:00 am. era la hora de entrada a laborar; a las 12:00 pm. salida a comer; a las 13:00 pm. entrada después de comer y a las 16:00 pm, hora de salida. La población se fue acostumbrando al silbato de la Molinera (como le llamaban), y lo tomaban como reloj para saber la hora del día.

LOS DESFILES CONMEMORATIVOS

En la actualidad los desfiles (5 de Mayo, 16 de Septiembre y 20 de Noviembre), se realizan desde la Unidad Deportiva “Santiago V. González” por la calle Juárez hasta la plaza principal. Anteriormente estos desfiles partían de la escuela primaria “José María Flores Rosas” y recorrían las principales calles del municipio (las calles Juárez, Morelos, Guerrero, Zaragoza) para terminar en la plaza principal con una gran verbena popular, donde además se realizaban concursos como: el palo encebado, carrera de costales y las tradicionales carreras de cintas (éstas se celebraban frente al Casino Municipal). Había puestos de comida donde vendían: tamales, pozole, menudo, tostadas; además vendedores de raspas, paletas de hielo, naranjas con su chile en polvo, algodones de azúcar, etc; por la noche se realizaba un baile y la pista era alrededor del kiosco donde se encontraban los músicos. Al momento de entrar a bailar con tun pareja, se te acercaban las personas del Comité de Festejos Patrios y te ponían en la camisa un pequeño listón, al cual le llamaban distintivo, este habría que pagarlo al momento para poder seguir bailando (era como un boleto de entrada). En las carreras de cintas, había listones de diferente color y había uno con los colores de la bandera, la persona que obtuviera ese listón, se ganaba el derecho de no pagar el distintivo en el baile. Era muy común que en esas fechas, que la gente se paseara a caballo por las calles del pueblo, desde la  mañana hasta en la tarde.

lunes, 20 de julio de 2020

Allende

HUERTAS CASABLANCA

por Ernesto Lozano Flores

La exitosa empresa Huertas Casablanca, Sociedad de Producción Rural de Responsabilidad Limitada es una empresa familiar dedicada al cultivo, proceso e industrialización de la nuez pecanera, (carya illinoisenses) y que cultiva una área aproximada de 500 hectáreas, establecida en el municipio de Allende Coahuila de Zaragoza y actualmente con aéreas de cultivo también en el municipio vecino de Villa Unión, Coah., en esta empresa se cultivan nogales pecaneros de las variedades Western, Wichita Cheyenne, Pawnee, Mahan y Mohawk.

Esta empresa se inició en el año de 1968 al ser plantados los primeros árboles por el señor Ernesto Lozano Gutiérrez (1927-1980), nativo de esta ciudad de Allende, Coah., quien en ese año se inició con una plantación de mil doscientos árboles que, con el paso del tiempo, rebasan actualmente los veinte mil árboles en producción.

A través de los años Huertas Casablanca, empresa orgullosamente allendense, ha recibido varios reconocimientos, premios y trofeos a la calidad en sus diferentes variedades de nuez en concursos nacionales e internacionales; en la actualidad la empresa busca alcanzar esos niveles de calidad en los diferentes productos terminados que ofrece al público consumidor, como son: las nueces con cáscara, la nuez descascarada, una amplia variedades de dulces de nuez, así como, una completa línea de repostería y pastelería.

 

Allende

LAS CABALGATAS

por  José Díaz Gutiérrez

 

1994 se realizó la primera cabalgata, a partir de entonces la tradicional cabalgata de Allende se realiza en el mes de octubre; en octubre del 2019 cumplió 25 años de realizarse y se le llamó La Cabalgata de Plata.

Sus fundadores fueron: Tomás Gilberto Navarro Valdez, presidente municipal de Allende; Marisela Pérez Arreola, presidente municipal de Villa Unión; Pedro de los Santos Flores, presidente municipal de Guerrero; junto con otro grupo de amigos con el gusto por los caballos, como el Ing. Conrado Piña de Luna, Leonel Moreno Vásquez por mencionar algunos organizaron la Primera Cabalgata de Allende, Coahuila.

Existe un comité organizador encabezado por José Pepe Díaz Gutiérrez, que durante el año se reúnen para llevar a cabo los preparativos y organización de dicha cabalgata; es tradición que cada año se le dedique la cabalgata a personas de a caballo, estas son algunas de las personas que se les ha dedicado:

Los Fundadores

Leonel Moreno Vásquez

Jesús María Treviño

Dagoberto Perales

Antonio Gutiérrez Garza

Marcos Lira

Samuel Téllez Grijalba

Esteban Díaz Plascencia

Juan Ortiz Monreal

El recorrido de la cabalgata es el siguiente: el primer día parte de las ruinas de San Bernardo, en el municipio de Guerrero, con dirección al municipio de Villa Unión distante 40 kilómetros; el segundo día sale de Villa Unión dirigiéndose hacia Allende que se encuentra a 20 kilómetros de distancia; en esta ciudad da un recorrido por las principales calles hasta llegar a la arena de rodeo, en donde hay comida y una lluvia de regalos a los participantes, así como diversos concursos para los espectadores.

martes, 14 de julio de 2020

Nava

LAS SEMITAS DE DOÑA CHOLE

por Ismael  Hernández  Reveles

La señora Soledad Amparo Rodríguez Hernández nació en el año de 1919 y murió a la edad de 94 años; conocida como “Doña Chole”, fue una persona originaria de Nava, Coahuila.

Distinguida por ser una persona de carácter alegre y servicial, por siempre tener deseos de aprender y salir adelante, en otras palabras, fue una gran emprendedora.

Desde muy joven aprendió la receta para elaborar las tradicionales Semitas de Nava; semitas que hoy en día  son muy representativas de nuestro municipio. Doña Chole las elaboraba en dos modalidades: las originales que hacía de simple harina y otras, con nuez y piloncillo.

Ella aprendió la receta y la manera de cocinarlas de un primo hermano suyo llamado Jesús Salazar Reveles, que vivía en el domicilio en el que actualmente radica el Dr. Arnulfo Garza Ramírez. Su primo Jesús hacía repostería y pasteles para bodas, se caracterizaba porque era muy habilidoso para elaborar los adornos de los pasteles; cuentan que deshojaba una azucena y los pétalos los utilizaba de molde para elaborar los adornos como hojas y flores para los pasteles, hasta podía hacer en esa forma el ramillete del novio.

Cuando Jesús murió, doña Chole inició con la elaboración y venta de semitas elaboradas principalmente con harina de trigo y cocidas con leña, con el tiempo logró tener fama por el exquisito sabor y el empeño que tenía para venderlas, después de elaborarlas salía con su hijo Máyelo a ofrecerlas caminando por todo el pueblo, en la estación de ferrocarril, también tenía jóvenes que le ayudaban a vender, recuerdo al joven apellidado Téllez; las semitas eran transportadas para su venta en una canasta, por cierto también entregaban a tiendas de la ciudad de Piedras Negras; posteriormente  la venta la realizaban en la central de autobuses ubicada en el centro de Nava, por la calle Emilio Carranza y avenida Carranza.

Actualmente el hijo de Doña Chole Ismael Hernández Reveles, conocido como Mayelito, ha seguido  con la tradición elaborando semitas que con gusto y amabilidad ofrece en su tiendita ubicada en la calle Rayón, esquina con Juárez.


CONVOCATORIA

La Coordinación en la Región Norte de la Secretaría de Cultura del Estado de Coahuila de Zaragoza Convoca a los habitantes de...