martes, 30 de junio de 2020

Allende

EL ALLENDE DEL PASADO

por Estela Mendoza Campos


Yo nací en Nava el 20 de junio de 1927 y vinimos en 1940 aquí a Allende. No conocíamos a nadie, no queríamos salir, luego empezamos a conocer gente, las primeras que conocí Socorro Vega, Blanca Arizpe, Aurora Garza y Blanca del Campo me platicaron que aquí había un tranvía, pero nunca lo conocí, yo no supe qué era aquí en Allende; la parroquia no está cercada, tenía adentro un barandal y uno se hincaba, daba la misa el padre Ocampo, lo conocí desde chica, con él hice la primera comunión. Aquí en Allende la única calle pavimentada era la calle Real o calle Juárez, la plaza estaba sencillita pero tenía muchas bancas, eran como de mármol y todas tenían el nombre de la familia que las había donado.

Había unas bancas alrededor y había un quiosco, no sé si esté igual, ya estaba la Presidencia también viniendo por la calle Guerrero. No había luz eléctrica por las calles, nomás en las casas, nosotros vivíamos por la independencia y había una placita que se llama Escobedo, ahora donde está el DIF y el kínder ya estaba; la escuela Domínguez se hizo mucho después, tanto que en ella primero la hicieron más grandecita, luego la volvieron a arreglar. Después, ya me había casado yo con Ramiro Urrutia Genera y ya con mis hijos, mi marido fue Presiente de la Sociedad de Padres de Familia. El trabajaba mucho, ahí para la escuela llegaron a hacer bailes, traía la música de Rosita y los bailes se hacían en la placita en el mismo hizo cuando ya estaba casada.

Pero antes, en la calle Juárez donde está la paletería Michoacana y en frente de una ferretera de don Armando González, estaba la Central de Autobuses, estaba también otra tienda de ropa de don Epigmenio Lozano, el cine Rosalía y había una Plaza de Toros, donde ahora es la frutería Elizondo y Comisión Federal de Electricidad y otros negocios, todo eso era una Plaza de Toros y ahí se hacía de todo, se presentaron muchos artistas como Pedro Infante, Lola Beltrán y más. En esa plaza también había lucha libre y boxeo y luego lo usaron para toda clase de juegos hasta que desapareció.

Íbamos a los bailes aún parquecito llamado “Las Mitlas” en frente de la tienda de Fito Rocha, metido para dentro, ahí vendían sodas, botanas y hacían bailes. Cuando salíamos a pasear nada más íbamos a la plaza, no había otro parque ni nada, el único paseo que había era a los trenes, venir a la estación del ferrocarril a ver pasar los trenes, a mí me gustaba subir a los trenes, a un tren que corría de Acuña a Allende le decían La Marrana, las muchachas o jóvenes acostumbraban venir los domingos por las tardes a pasear, a dar vueltas por los rieles y se subían cuando estaba parado, me gustaba ir a los bailes que había en la Mutualista Allende, nos invitaban nos juntamos varias muchachas y llegamos a ir hasta Río Bravo a los bailes, nos llevaba en un taxi del señor que por sobrenombre le decían Barrilito Muñoz, era un señor muy atento y respetuoso, a mí me gustaba mucho el baile, esos eran nuestros pasatiempos de solteras.

Yo llegué a trabajar en un taller de costura por la calle galeana que lo tenía la señora Dávila, no recuerdo el nombre, ahí se ocupaba a muchas mujeres ahí, gorda vamos nos llevamos material a la casa para poder terminarlo, ahí trabajé mucho tiempo, ya estaba la fábrica textil yo nunca trabajé. Yo trabajé en una planta de luz, el gerente era don Alfredo Aguirre, creo solo era luz para Allende; había una fábrica de hielo también ahí por la calle Independencia en la misma manzana pegado allí enseguida estaba un taller que hacía costales para la harina, grande de 50 20 y 10, yo llegué a trabajar allí en esa fábrica de costura.

Después conocí a mi esposo un 15 de noviembre de 1946 y me casé en 1947. Mi esposo se llamaba Ramiro Urrutia Genera, el trabajaba en la Textil del Norte y yo trabajaba en la fábrica de costales. Nos íbamos al cine Rosalía, en la placita Escobedo había juegos, columpios, sube y baja, ahí íbamos a dar la vuelta y en el quiosco de vez en cuando hacían los bailes y ahí bailábamos alrededor. De casada ya no bailé, pues a mi esposo no le gustaba bailar, pero bailé sola. De casada solo trabajaba en casa, Dios me dio mucha familia, mi esposo era electricista, estudio por correspondencia y trabajo en la Textil del Norte hasta que se quemó y lo mandaron a Saltillo, pero él no quiso irse porque ya tenía instalado su taller aquí en casa. Yo si quería irme, pero él dijo no; podrán tener las escuelas enfrente (el tecnológico) y no van a querer volver, mejor aquí, si quieren estudiar estudio les damos, primero Dios.

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